-Mama fella'! Que passa guapo!- estaba tomando un café en el bar Leopold cuando de pronto Amin entró en acción. Amin es un local amigo de mi cuñado y de mi hermana relacionado con la ONG en Mumbai donde ellos estuvieron colaborando.
Salido de la calle, Amin entró en una escuela jesuita cuando era un chaval y tuvo la oportunidad de formar parte gracias a ello en la sociedad. Desde entonces hace de guía, sigue en contacto y colabora con otras escuelas que hacen lo mismo para otros chavales sin oportunidades.
Amin, a rasgos exteriores, es un volcán rebosando energía, de puro corazón (el prototipo del guerrero de la bombilla de Coelho se queda corto por su frivolidad y su interés de marketing) y en sus ojos puedes ver la gratitud y la alegría con la que brinda esta segunda oportunidad de la que ha gozado.
-Guapo! Te gusta mi novia?- después de tres días, incapaz de recordar mi nombre, así me llama en perfecto castellano.